6 abril 2017. José López hace un marcaje a Castejón y culpa a la vicealcaldesa y a sus concejales del desastre en la adjudicación de los chiringuitos.
A preguntas de los medios, López llegó a decir que si los chiringuitos no abren en Semana Santa la responsabilidad es de Castejón y de sus concejales, porque él no puede controlar las actuaciones de los responsables socialistas.
Espejo dice que “estas declaraciones afirman que López solo es alcalde de la mitad del Gobierno. Corrige a los concejales socialistas en público y no entiende que muy a su pesar, él es máximo responsable de cada una de la toma de decisiones que se lleven a cabo los diez concejales que conforman el Gobierno”.
Para el portavoz popular, “un gobierno serio y responsable estaría trabajando en beneficio de la ciudadanía. Sin embargo, en Cartagena tenemos gobierno partido en dos mitades que tiene paralizado el municipio. Si López y Castejón dedicaran menos tiempo a sus peleas internas y más a trabajar por el interés de Cartagena, los chiringuitos estarían abiertos en Semana Santa, la tarifa del agua habría bajado y Cartagena seguiría creciendo”.
Espejo pide a López y Castejón que “dejen de competir entre ellos y busquen una solución a todos los problemas que han generado porque Cartagena no se merece seguir parada veintidós meses después de que se repartieran el poder”.
Las disputas de López y Castejón
Francisco Espejo lamenta que “en estas últimas semanas la mayor preocupación de López y Castejón sea dejarse en evidencia ante la opinión pública. Si ayer López culpaba a Castejón por la incapacidad en la gestión de los chiringuitos, días atrás era Castejón quien se reunía con representantes de Hidrogea, a espaldas de López, para negociar la bajada en la tarifa del agua.
El portavoz ha criticado que “estas actitudes no son dignas de representantes políticos. Castejón no se atreve a a enfrentarse a su socio de gobierno y exigir que cumpla su promesa de bajar el agua. Ambos sean incapaces de trabajar codo a codo porque la prometida bajada del agua sea una realidad lo antes posible y mientras los únicos perjudicados son los ciudadanos.
Los populares insisten en que “cada día que López se niega a bajar el agua nos cuesta a los cartageneros una media de 7.000 euros”.