Las obras de la plaza de Juan XXIII han comenzado este lunes en la zona central de la plaza para generar una gran superficie diáfana que eliminará la rotonda y los bordillos, abriendo más espacios para el peatón y manteniendo la comunicación rodada. Así lo ha señalado la alcaldesa, Noelia Arroyo, que ha destacado que este lunes se ha comenzado con el vallado y el balizamiento de la zona de obras, así como el pintado de las zonas habilitadas para carga y descarga “con el objetivo de que la actividad pueda avanzar evitando al máximo las molestias a vecinos y comerciantes”.
El comienzo de los trabajos se realiza en la rotonda, que será demolida, y se procederá a la renovación de un colector. La plaza Juan XXIII constituye la principal comunicación peatonal entre el casco histórico y el ensanche, y su reforma ha comenzado 25 años después de su anterior remodelación.
“Vamos a crear una plaza diáfana y sin obstáculos, que va a tener al peatón como auténtico protagonista”, ha explicado la alcaldesa. La actuación se desarrollará en cuatro fases de obras y en un total de 9.000 metros cuadrados, “que quedarán al mismo nivel, y desaparecerán los bordillos, dejando todo el pavimento al mismo nivel, permitiendo la conexión de la Calle Santa Florentina con la plaza”. Además, asegura la alcaldesa, soterraremos contenedores de basura y concentraremos los puntos de luz en 10 báculos, y se instalará una fuente de suelo junto al ficus de la actual rotonda, bancos curvos y nuevas papeleras.
La actuación se extiende desde la calle de Carlos III, hasta el cruce de la calle Canales con la calle de La Palma. El espacio entre la calle Ronda y la calle Salitre será totalmente peatonal, aunque se mantiene el tráfico desde la calle Ronda hacia calle de San Juan y desde Salitre hacia calle del Parque, para asegurar todos los flujos actuales de tráfico.
También está previsto renovar todas las redes de saneamiento y suministros de agua potable de la zona, que han quedado obsoletas por su antigüedad y deben ampliar su capacidad por la construcción de nuevos edificios.
La obra está valorada en cerca de dos millones de euros y se financia con cargo a las inversiones previstas por el servicio de agua.
El plazo de ejecución es de seis meses, pero los técnicos del Ayuntamiento consideran que puede recortarse sustancialmente. Además, los trabajos están organizados para reducir las molestias al mínimo y mantener durante la obra los usos actuales.